¿Qué
es el Linfoma?
El linfoma es un conjunto de enfermedades que se
desarrollan en el sistema linfático y el sistema inmunitario. Los linfomas
malignos son un grupo de tumores que se originan en ganglios linfáticos, aunque
en ocasiones pueden tener un origen extraganglionar, como por ejemplo en el tubo digestivo,
pulmón, piel, bazo o dondequiera que se encuentre tejido linfoide. Al iniciar
la enfermedad, la célula tumoral del linfoma prolifera, afectando al ganglio,
que presenta un aumento de tamaño.
Posteriormente, el linfoma se va extendiendo a otros grupos ganglionares
vecinos, después a los grupos de ganglios más alejados y luego al bazo, hígado,
médula ósea y otros órganos, en forma de tumores metastásicos. (Fuente:
Departamento de Educación de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela)
El Departamento de Educación de la Sociedad Anticancerosa
de Venezuela (SAV) estima que los factores de riesgo para el linfoma de Hodgkin
en adultos son: edad avanzada, sexo masculino, infección por el virus de
Epstein-Barr, así como tener un pariente de primer grado (padre, hermano o
hermana) con linfoma de Hodgkin. En tanto, para el linfoma no Hodgkin en
adultos, estos factores incluyen tener edad avanzada y sexo masculino, y
adicionalmente padecer un trastorno inmunológico heredado, enfermedad
autoinmunitaria, VIH /SIDA, virus de Epstein-Barr, antecedentes de infección
por helicobacter pylori, tomar medicación inmunodepresora después de un
trasplante de órganos, estar expuesto a ciertos plaguicidas, poseer un régimen
alimentario con alto contenido de carnes y grasas, así como haber recibido
tratamiento anterior por linfoma de Hodgkin.
Tipos
de linfoma
Existen muchos tipos de linfoma. El estudio
anatomopatológico es el que permite distinguir las características típicas de
cada uno de ellos. Un tipo se denomina linfoma de Hodgkin el resto de los
linfomas como no Hodgkin.
La
enfermedad de Hodgkin es un cáncer del tejido linfático
encontrado en los ganglios, el bazo, el hígado y la médula ósea.
Frecuentemente, el primer signo de la patología es la presencia de un ganglio
linfático de gran tamaño. Se caracteriza por un número variable de células
gigantes multinucleadas características (células de Reed-Sternberg) apellidos
de los dos médicos que las describieron por primera vez. Por lo general, estas
células son un tipo anormal de linfocitos B. La enfermedad de Hodgkin es poco
común y los ganglios linfáticos
agrandados usualmente tienen un pequeño número de células Reed-Sternberg y un
gran número de células inmunológicas normales circundantes. Son principalmente
estas otras células inmunológicas las que ocasionan la inflamación de los
ganglios linfáticos. El Linfoma de Hodgkin es en general un linfoma menos
agresivo. Éste generalmente se origina en los ganglios linfáticos de la parte
superior del cuerpo -tórax, el cuello o debajo de los brazos-. Luego progresa
tomando zonas contiguas y se propaga por los vasos linfáticos de manera
escalonada, ganglio a ganglio. Pocas veces y en un curso tardío de la
enfermedad puede invadir el torrente
sanguíneo y propagarse a otras partes del cuerpo, incluyendo el hígado, los
pulmones y/o la médula ósea.
Los
linfomas no Hodgkin lo forman más de 30 linfomas
diferentes. Comienzan cuando un tipo de glóbulos blancos, llamado células T o
células B, se hacen anormales. Las células se dividen una y otra vez aumentando
el número de células anormales, que pueden diseminarse a casi todas las demás
partes del cuerpo. Desde el punto de vista clínico existen diferencias en las
formas de presentación y evolución. Se caracteriza por un proceso que en
general se inicia en forma multicéntrica, es decir, puede tomar muchos
ganglios, distantes unos de otros, en distintos lugares del organismo. La
progresión depende del tipo de linfoma pero no es tan sistemática como en el
linfoma de Hodgkin.
Tratamiento
Cada linfoma tiene un tratamiento diferente, pero los
convencionales ahora incluyen diversos regímenes de quimioterapia,
radioterapia, e inmunoterapia, o combinaciones de dichos tratamientos,
dependiendo del paciente y su contexto. El trasplante de médula ósea es una
opción que en muchos casos da mejores resultados que la quimioterapia
convencional y la radioterapia se utiliza más frecuentemente como tratamiento
complementario, en aquellos pacientes que no responden a los tratamientos de
primera línea o requieren más de dos terapias para lograr una respuesta
adecuada.
“El cáncer es curable si se
diagnóstica a tiempo, por lo que se recomienda realizar los chequeos anuales
para poder prevenir enfermedades como el linfoma”