jueves, 25 de septiembre de 2014

22 de Septiembre Día de la Prevencion de la Leucemia







La leucemia

 ¿Qué es la Leucemia?
La leucemia es un tipo de cáncer que comienza en el tejido que forma la sangre.

Glóbulos sanguíneos normales

La mayoría de los glóbulos de la sangre se forman a partir de células llamadas células madre en la médula ósea.

La médula ósea es el material blando que se encuentra en el centro de la mayoría de los huesos.

En la sangre podemos encontrar las células sanguíneas y cada una de ellas tiene una función

Los glóbulos blancos son aquellos que nos ayudan a combatir infecciones, son anticuerpos en la sangre.  Hay varios tipos de glóbulos blancos.

Los glóbulos rojos son los que transportan el oxígeno a los tejidos de todo el cuerpo.

Las plaquetas son las que ayudan a formar los coágulos de sangre para controlar el sangrado.

Los glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas se forman de las células madre constantemente a medida que el cuerpo los necesita. Cuando las células envejecen o se dañan, mueren y células nuevas las reemplazan las que se han muerto.

Tipos de leucemia

·        Leucemia crónica
·        Leucemia aguda



Dibujo de glóbulos que maduran de células madre

La mayoría de las células sanguíneas maduran en la médula ósea y luego pasan a los vasos sanguíneos. La sangre que fluye por los vasos sanguíneos y el corazón se llama sangre periférica.

Células leucémicas

En una persona con leucemia, la médula ósea produce glóbulos blancos (leucocitos) anormales. Las células anormales son células leucémicas.
A diferencia de las células sanguíneas normales, las células leucémicas no mueren cuando deberían morir. Estas se aglomeran alrededor de los leucocitos, de los glóbulos rojos (eritrocitos) y plaquetas. Esto dificulta el funcionamiento de las células sanguíneas normales.

Tipos de leucemia

Los tipos de leucemia pueden agruparse según la rapidez con la que la enfermedad avanza y empeora. La leucemia puede ser crónica (la cual normalmente empeora en forma lenta) o aguda (la cual empeora rápidamente).

Leucemia crónica. Al principio de esta enfermedad, las células leucémicas pueden todavía realizar algunas de las funciones de los leucocitos normales. Es posible que al principio las personas no tengan ningún síntoma. Los médicos suelen descubrir la leucemia crónica durante los exámenes de rutina; antes de la aparición de cualquier síntoma.
La leucemia crónica empeora lentamente. A medida que aumenta el número de células leucémicas en la sangre, las personas empiezan a presentar síntomas, como ganglios linfáticos inflamados o infecciones. Cuando los síntomas aparecen, por lo general son leves al principio y empeoran poco a poco.

Leucemia aguda. Las células leucémicas no pueden realizar ninguna de las funciones de los leucocitos normales. El número de células leucémicas aumenta rápidamente. La leucemia aguda suele empeorar en forma rápida.
Los tipos de leucemia pueden agruparse también según el tipo de leucocito afectado. La leucemia puede comenzar en las células linfoides o en células mieloides. Vea la ilustración de dichas células. La leucemia que afecta a las células linfoides se llama linfoide, linfocítica o linfoblástica. La leucemia que afecta a las células mieloides se llama mieloide, mielógena o mieloblástica.

Hay cuatro tipos comunes de leucemia.

Leucemia linfocítica crónica (LLC). Afecta a células linfoides y es por lo general de crecimiento lento, las personas que son diagnosticadas con esta enfermedad son mayores de 55 años. Casi nunca afecta a niños.

Leucemia mieloide crónica (LMC). Afecta a células mieloides y por lo general es de crecimiento lento al principio. Afecta principalmente a adultos.

Leucemia linfocítica (linfoblástica) aguda (LLA). Afecta a células linfoides y es de crecimiento rápido,  más común entre niños pequeños. También afecta a adultos.

Leucemia mieloide aguda (LMA). Afecta a células mieloides y es de crecimiento rápido. Afecta tanto a adultos como a niños.

Factores de riesgo

Cuando le dicen a usted que tiene cáncer, es natural que se pregunte qué puede haber causado la enfermedad. No se conocen las causas exactas de la leucemia. Los médicos saben rara vez por qué una persona tiene leucemia y otra no. Sin embargo, la investigación ha mostrado que existen ciertos factores de riesgo que aumentan la posibilidad de que una persona padezca esta enfermedad.

Los factores de riesgo pueden variar según los distintos tipos de leucemia.

Radiación. Las personas expuestas a concentraciones muy altas de radiación son mucho más propensas a padecer leucemia mieloide aguda, leucemia mieloide crónica o leucemia linfocítica aguda.

Explosiones de bomba atómica. Las explosiones de bombas atómicas produjeron concentraciones muy altas de radiación (como las explosiones de Japón en la Segunda Guerra Mundial). Las personas, especialmente los niños, que sobreviven explosiones de bombas atómicas tienen un riesgo mayor de leucemia.

Radioterapia. Otra fuente de exposición a altas concentraciones de radiación es el tratamiento médico para el cáncer y otras enfermedades. La radioterapia puede aumentar el riesgo de leucemia.

Rayos X de diagnóstico. Los rayos X dentales y otros estudios de rayos X de diagnóstico (como las tomografías computarizadas, TC) exponen a las personas a concentraciones mucho más bajas de radiación. Actualmente se desconoce si esta concentración baja de radiación en niños y adultos se relaciona con la leucemia. Los investigadores están estudiando si la administración de muchos estudios con rayos X puede aumentar el riesgo de padecer leucemia. Ellos están estudiando también si las tomografías computarizadas durante la infancia están asociadas a un mayor riesgo de padecer leucemia.

Tabaquismo. El fumar cigarrillos aumenta el riesgo de padecer leucemia mieloide aguda.

Benceno. La exposición al benceno en el lugar de trabajo puede causar 
leucemia mieloide aguda. Éste puede causar también leucemia mieloide crónica o leucemia linfocítica aguda. El benceno se usa ampliamente en la industria química. También se encuentra en el humo del tabaco y en la gasolina.

Quimioterapia. Los pacientes con cáncer que son tratados con ciertos tipos de fármacos para combatir el cáncer algunas veces más tarde presentan leucemia mieloide aguda o leucemia linfocítica aguda. Por ejemplo, el tratamiento con fármacos conocidos como agentes alquilantes o inhibidores de la topoisomerasa está asociado a una pequeña posibilidad de padecer leucemia aguda más tarde.

Síndrome de Down y algunas otras enfermedades hereditarias. El síndrome de Down y algunas otras enfermedades hereditarias pueden aumentar el riesgo de padecer leucemia aguda.

Síndrome mielodisplásico y algunos otros trastornos de la sangre. Las personas con ciertos trastornos sanguíneos tienen un mayor riesgo de padecer leucemia mieloide aguda.

Virus de la leucemia de células T humanas tipo I (HTLV-I). Las personas con infección de HTLV-I tienen mayor riesgo de un tipo de leucemia poco común conocido como leucemia de células T en adultos. Si bien el virus HTLV-I puede causar esta enfermedad poco común, la leucemia de células T en adultos y otros tipos de leucemia no son contagiosos.

Antecedentes familiares de leucemia. Es raro que más de una persona en una familia tenga leucemia. Cuando esto sucede, lo más probable es que se trate de leucemia linfocítica crónica. No obstante, sólo pocas personas con leucemia linfocítica crónica tienen a su padre, madre, hermano, hermana, hijo o hija que padece también esta enfermedad.

El tener uno o más factores de riesgo no significa que una persona va a tener leucemia. La mayoría de las personas que tienen factores de riesgo nunca padecen la enfermedad.

Síntomas

Al igual que todas las células de la sangre, las células leucémicas viajan por todo el cuerpo. Los síntomas de la leucemia dependen del número de células leucémicas y de dónde se acumulan en el cuerpo.

Es posible que las personas con leucemia crónica no presenten síntomas. El médico puede descubrir la enfermedad en un análisis de sangre de rutina.

Las personas con leucemia aguda por lo general van al médico porque se sienten enfermas. Si el cerebro está afectado, es posible que tengan dolores de cabeza, vómitos, confusión, pérdida del control de los músculos o convulsiones. La leucemia puede afectar también otras partes del cuerpo como el tubo digestivo, los riñones, los pulmones, el corazón o los testículos.

Los síntomas comunes de la leucemia crónica o aguda pueden ser los siguientes:

Ganglios linfáticos inflamados que, con frecuencia, no duelen (especialmente los ganglios linfáticos en el cuello y en las axilas)

Fiebres o sudores nocturnos
Infecciones frecuentes

Debilidad o cansancio

Sangrado y facilidad para magullarse (sangrado de encías, manchas de color morado en la piel o pequeños puntos rojos bajo la piel)

Hinchazón o molestia en el abdomen (por el bazo o hígado inflamado)

Pérdida de peso por razones desconocidas

Dolor en los huesos o articulaciones

Por lo general, estos síntomas no se deben al cáncer. Una infección u otros problemas de salud pueden también causar estos síntomas. Únicamente un médico puede decírselo con seguridad. 

Cualquier persona con estos síntomas deberá consultar al médico para que los problemas puedan ser diagnosticados y tratados lo antes posible.

Diagnóstico

A veces los médicos descubren la leucemia después de un análisis de sangre de rutina. Si usted padece síntomas que sugieren la presencia de leucemia, su médico tratará de descubrir qué está causando los problemas. 

Es posible que su médico le pregunte acerca de sus antecedentes médicos personales y familiares.

Es probable que le hagan uno o varios de los exámenes a continuación.

Examen físico. Su médico examina para ver si los ganglios linfáticos, el bazo o el hígado están inflamados.

Análisis de sangre. El laboratorio realiza un recuento sanguíneo completo para verificar el número de glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas. La leucemia causa una concentración muy alta de glóbulos blancos. También puede causar concentraciones bajas de plaquetas y de hemoglobina, la cual se encuentra dentro de los glóbulos rojos.

Biopsia. Su médico extrae tejido para ver si hay células cancerosas. Una biopsia es la única forma segura de saber si las células leucémicas se encuentran en su médula ósea. Antes de tomar una muestra, se utiliza anestesia local para adormecer el área. Esto ayuda a reducir el dolor. Su médico extrae un poco de médula ósea del hueso de la cadera o de otro hueso grande. Un patólogo usa un microscopio para examinar el tejido buscando células cancerosas.

Existen dos formas para que su médico pueda obtener médula ósea. 

Algunas personas tendrán ambos procedimientos en la misma cita médica.

Aspiración de médula ósea. El médico usa una aguja gruesa hueca para extraer muestras de médula ósea.

Biopsia de médula ósea. El médico usa una aguja muy gruesa, hueca, para extraer una pequeña parte de hueso y de médula ósea.

Otras pruebas

Las pruebas que su médico le pedirá dependerán de sus síntomas y del tipo de leucemia. Es posible que le realicen otras pruebas.

Citogenética. El laboratorio estudia los cromosomas de las células de muestras de sangre, de médula ósea o de ganglios linfáticos. Si se encuentran cromosomas anormales, el análisis puede mostrar el tipo de leucemia que usted tiene. Por ejemplo, las personas con leucemia mieloide crónica (LMC) tienen un cromosoma anormal llamado cromosoma Filadelfia.

Punción lumbar. Su médico puede extraer algo de líquido cefalorraquídeo (el líquido que llena los espacios en el cerebro y en la médula espinal y a su derredor). El médico usa una aguja larga delgada para extraer líquido de la parte inferior de la columna vertebral. El procedimiento dura aproximadamente 30 minutos y se realiza con anestesia local. Después, usted debe permanecer en posición horizontal durante varias horas para evitar tener dolor de cabeza. El laboratorio examina el líquido para ver si hay células de leucemia u otros indicios de problemas.

Radiografía del pecho. Una radiografía puede mostrar ganglios linfáticos inflamados u otros signos de enfermedad en su pecho.

Usted querrá hacer las siguientes preguntas a su médico antes de que le realicen una aspiración o biopsia de médula ósea.

¿Extraerá la muestra de médula ósea de la cadera o de otro hueso?
¿Adónde iré para que me hagan este procedimiento?
¿Tendré algún tipo de preparación para esta prueba?
¿Cuánto tiempo durará? ¿Me pondrá a dormir?
¿Dolerá? ¿Qué hará para evitar o controlar el dolor?
¿Existe algún riesgo? ¿Qué posibilidades hay de infección o hemorragia después de este procedimiento?
¿Cuánto tiempo tardaré en recuperarme?
¿Qué tan pronto sabré los resultados? ¿Quién me los explicará?
Si en efecto tengo leucemia, ¿quién hablará conmigo sobre los siguientes pasos? ¿Cuándo?


Fuente: http://www.cancer.gov/espanol/tipos/necesita-saber/leucemia/page2

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